MIS
RESERVAS sobre las AUTODEFENSAS de MICHOACÁN, a RESERVA DE EQUIVOCARME, ojalá:
A la
luz de los acontecimientos recientes, podemos armar mejor el rompecabezas,
aunque ni de lejos armarlo por completo.
Primero
que nada es importante señalar que SÓLO en Michoacán se da el fenómeno a esta
escala. En Guerrero las cosas son distintas: la CRAC y su policía comunitaria
llevan 18 años de existencia y las autodefensas de la UPOEG surgen de esta
organización de pueblos ya existente, por tanto ambas responden y están bajo
las órdenes de los pueblos.
En
el resto del país, sólo hay grupos aislados tratando de defenderse de los delincuentes,
u organizaciones populares luchando contra las injusticias y abusos de empresas
y gobierno, y son sistemáticamente reprimidas, por tanto, nada tienen que
ver con grupos de autodefensa como los michoacanos. Así que el fenómeno que
analizamos es exclusivo de Michoacán.
Ante
todo, aclaro que comprendo perfectamente la necesidad de un grupo social de
defenderse de quien lo ataca y aterroriza sistemáticamente, sin embargo, aquellos
grupos que no están bajo las órdenes de una asamblea popular, pueden
convertirse en poco tiempo en un nuevo poder fáctico armado, uno más, con todos
los riesgos que esto implica.
¿Por
qué digo esto? Empiezo por partir de lo que sí sabemos, no de las
especulaciones de “quién los financia”, “a qué intereses oscuros sirven”. Si
hay algún misterio que descubrir, aún no tenemos datos suficientes, así que
saquemos esto del análisis, por el momento.
LOS
HECHOS:
Primero:
grupos de personas se armaron para sacar de sus pueblos y tierras a los
templarios. Ahora bien, la gran mayoría de estos grupos están “encabezados” por
personas con tierras, agro empresarios (no ejidatarios), profesionistas o
empresarios afectados por el crimen
organizado.
(El
caso de Cherán, por supuesto, es completamente distinto, pues la comunidad
formó desde el 2011 una asamblea que decidió expulsar a los delincuentes y hoy
tampoco acepta la injerencia del gobierno. El caso de Aquila, hasta donde sabemos,
también es diferente; su lucha es contra la minera, además de los templarios, y hay un dato inequívoco que coloca a Aquila en otro sitio, si se une a la lucha por la mina: tienen cuarenta presos, (aunque también de la Ruana también hay casi cuarenta presos). El gobierno no los ha tratado igual que a las demás
autodefensas. Quizá varios pueblos más estén en esta situación, que sería muy
importante saberlo).
Segundo:
los grupos de autodefensa crecieron y se desarrollaron en once meses, con
libertad, a excepción de Aquila, sin que el gobierno estatal o federal
detuviera su avance. La intención del
gobierno de permitirles crecer no sabemos a ciencia cierta a qué se deba, pero
lo que sí sabemos es que lo permitieron.
Tercero:
en enero varios “líderes” de las autodefensas firmaron un acuerdo con el
gobierno estatal y federal para “legalizarse” y convertirse en “policía rural”,
sin que el gobierno hubiera cumplido ninguna condición de la población, como,
por ejemplo, la captura de los líderes templarios, y después de que en el
arranque del operativo federal, días antes, el ejército asesinara a dos
personas en Nueva Italia.
(Esta
figura policial, la policía rural, ya se creó en Guerrero el año pasado, cuando
un coordinador de la CRAC-PC violentó una de las casas de justicia e hizo un
pacto con el gobierno estatal, mediante el cual una parte de la policía
comunitaria se convirtió en “policía rural” credencializando a varios de sus
miembros. Hoy la CRAC está dividida.)
http://www.youtube.com/watch?v=ciDqapiLcSA
http://www.youtube.com/watch?v=ciDqapiLcSA
En
Michoacán seiscientos miembros de las autodefensas, hasta este momento, se han
convertido en “policía rural” a las órdenes del gobierno. Mireles dice que hay
15000 efectivos en las autodefensas, sin embargo, el censo real no se conoce. Por
lo tanto, la gran mayoría de las autodefensas no han pasado por la oficina del
gobierno para convertirse en policía rural.
Un
policía rural no responde a su pueblo, sino al gobierno, no importa lo que
digan quienes firmaron el acuerdo, esto es un hecho. Una policía no formal a
las órdenes del gobierno, tiene el riesgo de convertirse en algo muy parecido a
un paramilitar, o a un guardia blanca, y eso es preocupante.
AUTODEFENSAS
Y GOBIERNO
La
relación de las autodefensas con el gobierno es digna de análisis. Una y otra
vez oímos decir a sus líderes que están contentos y quieren que la policía y el
ejército se encarguen de la seguridad, y colaboran juntos en muchos operativos,
pero al mismo tiempo denuncian la complicidad flagrante del gobierno y sus
fuerzas armadas con el crimen organizado.
Sabemos
que las autodefensas no le han declarado
la guerra al estado mexicano, pero firmar un acuerdo con un gobierno que tiene
a más de ochenta de sus miembros presos, y con las mismas personas e
instancias que las autodefensas han denunciado repetidamente como cómplices
directos de la delincuencia organizada a la que combaten y que es la razón de
su existencia, no se comprende cabalmente. Quizá nos falta información, pero
deja varias interrogantes.
Ahora
bien, sabiendo que la conversión de autodefensa en policía rural no ha prosperado,
analicemos a quién responden los grupos de autodefensa; a quién han obedecido
desde su origen.
Para
fines del análisis olvidemos por un momento la especulación de que estén
dirigidos y financiados por el gobierno mismo o por algún cártel; demos crédito
de su generación espontánea.
En
un grupo armado tiene que existir sin excepción una cadena de mando. No hay de
otra, pues son pequeños ejércitos. Así que los líderes o comandantes naturales surgieron
de entre aquellos que promovieron la idea o aquellos que contaban con armas e
infraestructura personal o aquellos que por sus dotes de estratega se colocaron
a la cabeza del grupo. A partir de ahí se convirtieron en “mando”,
“comandante”, "coordinador", “jefe” o “caudillo”.
¿QUIÉN
ESTÁ ARRIBA DE ELLOS? DE MOMENTO, NADIE.
Toman
decisiones entre ellos, en un consejo general, compuesto por estos líderes ganaderos,
limoneros, aguacateros, etc, según se sabe.
Ellos
deciden cómo proteger a los pueblos y qué acciones emprender para expulsar a
los delincuentes.
Hasta
aquí todo cae dentro de la necesidad que impone la emergencia que ha creado la
violencia. El problema podrá venir en el momento en el que los delincuentes
sean expulsados de los pueblos.
¿Las
autodefensas se desharán cuando salgan los delincuentes del pueblo?
Es
muy poco probable. Porque por ahí afuera los criminales están rondando, así que
los autodefensas no podrán desaparecer, pues deberán estar vigilantes y
defender al pueblo, a menos que el gobierno garantice realmente la seguridad.
Pero eso es una esperanza sin ningún fundamento, después de doce años de
impunidad de los grupos criminales.
A
partir de ese momento existirá un grupo, la autodefensa, que no responde a un
mandato popular, sino que SE MANDA SOLO, y que tiene un mando y una tropa;
el mando, hasta donde se sabe, ganaderos y agro empresarios, y la tropa, gente del
pueblo. “Pero tiene la mejor intención”, me dirán; eso no cambia el hecho de
que se mandan solos.
Cuando
echen a los delincuentes, estaremos ante una situación muy anómala: las
autodefensas serán grupos armados que ya no responderán a una emergencia, sino
que estarán como vigilantes que se mandan solos, que tiene una ambigua relación
con el gobierno y que necesitan de una infraestructura para su funcionamiento.
Todo
esto no sería un riesgo si estos grupos respondieran a una instancia u
organización o asamblea surgidas de los pueblos, como en Cherán, donde fue el
pueblo entero quien sacó a los delincuentes, no un grupo armado que se mandaba
solo. Pero, hasta donde sabemos, en el resto de Michoacán no es el caso.
Una
policía comunitaria, rotativa y bajo las órdenes de una asamblea comunitaria no
tiene estos riesgos, o al menos los minimiza considerablemente. Si la asamblea
se equivoca en alguna estrategia, es el pueblo el que se equivoca y tendrá que
resolverlo como pueblo, no es la decisión de un caudillo que se arroga el poder
por encima del pueblo.
Todas
estas consideraciones las señalo como elementos de reflexión ante el entusiasmo
que nos provoca el surgimiento de grupos
de autodefensa; entusiasmo que he compartido por mi deseo de justicia y
tranquilidad para Michoacán y porque admiro la valentía de los miembros de las
autodefensas y la justeza de sus demandas de seguridad, sin embargo un grupo
armado que se manda solo es un riesgo latente, aunque hoy tenga la mejor
intención.
La
única manera de no caer en abusos, de que no se convierta en un nuevo poder
factico armado y de que efectivamente haga lo que le conviene al pueblo, es que el
pueblo lo mande. “Que tenemos que luchar contra los delincuentes y el gobierno
cómplice”, por supuesto, pero me parece que las armas siempre deben estar
dirigidas por la voluntad de un pueblo organizado, no de un grupo.
Los
pueblos podrán correr un riesgo en el futuro al permitir que los grupos armados
impongan su mandato a los pueblos; tendría que ser justamente al contrario, las
autodefensas deberían someterse a los pueblos, no mandarse solos y menos aún ser
mandados por el gobierno.
Espero
equivocarme y que el futuro no sea ni remotamente éste, pero esa es mi preocupación,
al menos, por el momento.