8 DE
MARZO, CONMEMORO el DÍA de las MÁRTIRES de NUEVA YORK, NO el DÍA INTERNACIONAL
de la MUJER a SECAS
En
las redes sociales y en los medios de comunicación no podía faltar este 8 de
marzo el tópico de moda, la celebración del día internacional de la mujer, el cual
han despojado de su esencia al olvidar, intencionalmente, su origen: la lucha obrera, en concreto, la muerte de ciento veinte trabajadoras de la fabrica Cotton de Nueva York el 8 de marzo de 1857 en un incendio provocado por los patrones, después de una huelga contra las terribles condiciones de trabajo; en 1909 se reprime violentamente la huelga de tejedoras en Nueva York; en 1910 la Internacional Socialista en Copenhague proclama el 8 de marzo como Día de la Mujer, y un año después, sobreviene el asesinato de ciento cuarenta y seis obreras en en el incendio de la fábrica textil Triangle Shirtwaist de
Nueva York, tras una huelga contra los salarios de hambre y las condiciones laborales.
Con
esto en mente, yo conmemoro ese día, el de las obreras en lucha, no el día internacional de la mujer a secas; lo
mismo que el día del trabajo, el 1 de mayo, conmemoro a los Mártires de
Chicago.
Mientras se propague en todo su esplendor la
trata de mujeres y la explotación de mujeres y hombres, no tengo nada que festejar. El "qué bonito es ser mujer", eso ya es de
cada quien. No, los criminales, los explotadores y los políticos no tienen derecho a usar esta fecha. Me da
asco que gobernantes, medios de comunicación y explotadores en general se
queden también con este día y lo quieran convertir en un festival desprovisto
de su esencia e historia.
Sí,
ya sé que soy una contreras, pero pocas cosas me molestan más que pongamos en
el calendario, un día para ¡la mitad de
la población! y que se quieran limitar a exaltar las “bondades” de la mujer y nos olvidemos de las luchas obreras.
No, entre las mujeres existimos buenas y malas, simpáticas y antipáticas,
tontas y listas. El hecho de ser mujer no es materia para ser festejada; soy
mujer porque nací con dos cromosomas x, pero eso no tiene más connotación que
esa. No es bueno ni malo. Lo siento, pero como soy mujer tengo todo el derecho
a decirlo, pues no voy a ser condescendiente con mi propio sexo. Sería tanto
como tomarme el pelo a mí misma.
Soy mujer y me parece deplorable la corrección política imperante hacia nosotras, así
que tengo absoluto derecho a revelarme contra ese artilugio, aunque eso me haga
políticamente incorrecta, o por eso mismo, para deslindarme de la insultante
corrección política, que esconde algo más profundo.
Los problemas de la mujeres en nuestros días no tienen su origen en la misoginia, es una de sus expresión y uno de los síntoma, pero no su origen. Si
la mitad de la población, las mujeres, se encuentran en una situación de
discriminación y deterioro de sus derechos, de lo que estamos hablando es de
una sociedad injusta, discriminatoria, mercantilizada y que busca la ganancia
por sobre todas las cosas y no el bienestar. Y por supuesto, la injusticia, es parte de la esencia de esta sociedad y del
modo de producción imperante hoy, el capitalismo. Y es injusta para mujeres y es injusta también para los hombres.
Si
hay prostitución y comercio sexual, no es por machismo, sino
porque esto permite la obtención de ganancia.
El confinamiento de las mujeres en el matrimonio es una condición necesaria para la protección de la herencia familiar. Y lo explica Engels de manera magistral en “La propiedad privada, la familia y el estado”.
El confinamiento de las mujeres en el matrimonio es una condición necesaria para la protección de la herencia familiar. Y lo explica Engels de manera magistral en “La propiedad privada, la familia y el estado”.
Dadas todas las condiciones
históricas de aquel entonces, la primera gran división social del trabajo, al
aumentar la productividad del trabajo, y por consiguiente la riqueza, y al
extender el campo de la actividad productora, tenía que traer consigo
necesariamente la esclavitud. De la primera gran división social del trabajo
nació la primera gran escisión de la sociedad en dos clases: señores y
esclavos, explotadores y explotados…
…El "salvaje", guerrero
y cazador, se había conformado con ocupar en la casa el segundo lugar, después
de la mujer; el pastor, "más dulce", engreído de su riqueza, se puso
en primer lugar y relegó al segundo a la mujer.
…La misma causa que había
asegurado a la mujer su anterior supremacía en la casa -su
ocupación exclusiva en las
labores domésticas-, aseguraba ahora la preponderancia del hombreen el hogar:
el trabajo doméstico de la mujer perdía ahora su importancia comparado con el trabajo
productivo del hombre; este trabajo lo era todo; aquél, un accesorio
insignificante. https://www.marxists.org/espanol/m-e/1880s/origen/el_origen_de_la_familia.pdf
La
mujer debía proveer de hijos al hombre, a un solo hombre, para perpetuar la
herencia de su riqueza, la única manera de garantizar la descendencia de ese
hombre fue someter a la mujer dentro de la familia, mediante el matrimonio.
La
oposición al aborto seguirá existiendo en tanto exista propiedad privada. La
libertad de decisión sobre nuestro cuerpo, representa una amenaza para la
propiedad privada, antes para el esclavismo, después para el feudalismo y hoy
para el capitalismo. El aborto puede teñirse de justificaciones religiosas o morales,
pues viene de iglesias e instituciones que existen para perpetuar el estado de
cosas, pero la razón de fondo es la permanencia de la propiedad privada, entendida ésta como propiedad de los medios de producción para la explotación de los hombres.
Por todo
eso, la fórmula lingüísticas de “las y los”, además de contrarias al buen uso de
la lengua, me resulta insultante El estado de cosas no se resuelve anteponiendo
“las”. Y sino, veamos a políticos de todas las calañas, felices usando la
formulita.
Tampoco
se resuelve nada con las cuotas para la mujer, en donde para cubrir las apariencia
de una “integración femenina” en el terreno laboral, se nos conceden
graciosamente puestos sólo por ser mujeres;
para mí es una simulación, lo siento. Es un insulto para las mujeres y una injusticia para la sociedad en su conjunto.
Yo
quiero la igualdad de todos los seres humanos sin distinción de su sexo, raza,
edad, nacionalidad. El 8 de marzo conmemoro la lucha de las mujeres en todos los
ámbitos, y me niego a que se utilice para la agenda de un sistema que nos ha explotado y sometido a todos, no sólo a las mujeres, y que se intente borrar el suceso histórico que le dio origen: la lucha obrera de las mujeres en Nueva York.