domingo, 9 de febrero de 2014

MIS RESERVAS sobre las AUTODEFENSAS de MICHOACÁN, a RESERVA DE EQUIVOCARME, ojalá:


MIS RESERVAS sobre las AUTODEFENSAS de MICHOACÁN, a RESERVA DE EQUIVOCARME, ojalá:


A varios meses del crecimiento en el número de autodefensas en Michoacán, muchas han sido las dudas, las consideraciones y las reservas sobre su legitimidad y origen.

A la luz de los acontecimientos recientes, podemos armar mejor el rompecabezas, aunque ni de lejos armarlo por completo.

Primero que nada es importante señalar que SÓLO en Michoacán se da el fenómeno a esta escala. En Guerrero las cosas son distintas: la CRAC y su policía comunitaria llevan 18 años de existencia y las autodefensas de la UPOEG surgen de esta organización de pueblos ya existente, por tanto ambas responden y están bajo las órdenes de los pueblos.

En el resto del país, sólo hay grupos aislados tratando de defenderse de los delincuentes, u organizaciones populares luchando contra las injusticias y abusos de empresas y gobierno, y  son sistemáticamente reprimidas, por tanto, nada tienen que ver con grupos de autodefensa como los michoacanos. Así que el fenómeno que analizamos es exclusivo de Michoacán.

Ante todo, aclaro que comprendo perfectamente la necesidad de un grupo social de defenderse de quien lo ataca y aterroriza sistemáticamente, sin embargo, aquellos grupos que no están bajo las órdenes de una asamblea popular, pueden convertirse en poco tiempo en un nuevo poder fáctico armado, uno más, con todos los riesgos que esto implica.

¿Por qué digo esto? Empiezo por partir de lo que sí sabemos, no de las especulaciones de “quién los financia”, “a qué intereses oscuros sirven”. Si hay algún misterio que descubrir, aún no tenemos datos suficientes, así que saquemos esto del análisis, por el momento.

LOS HECHOS:

Primero: grupos de personas se armaron para sacar de sus pueblos y tierras a los templarios. Ahora bien, la gran mayoría de estos grupos están “encabezados” por personas con tierras, agro empresarios (no ejidatarios), profesionistas o empresarios  afectados por el crimen organizado.

(El caso de Cherán, por supuesto, es completamente distinto, pues la comunidad formó desde el 2011 una asamblea que decidió expulsar a los delincuentes y hoy tampoco acepta la injerencia del gobierno.  El caso de Aquila, hasta donde sabemos, también es diferente; su lucha es contra la minera, además de los templarios, y hay un dato inequívoco que coloca a Aquila en otro sitio, si se une a la lucha por la mina: tienen cuarenta presos,  (aunque también de la Ruana también hay casi cuarenta presos).  El gobierno no los ha tratado igual que a las demás autodefensas. Quizá varios pueblos más estén en esta situación, que sería muy importante saberlo).

Segundo: los grupos de autodefensa crecieron y se desarrollaron en once meses, con libertad, a excepción de Aquila, sin que el gobierno estatal o federal detuviera su avance.  La intención del gobierno de permitirles crecer no sabemos a ciencia cierta a qué se deba, pero lo que sí sabemos es que lo permitieron.

Tercero: en enero varios “líderes” de las autodefensas firmaron un acuerdo con el gobierno estatal y federal para “legalizarse” y convertirse en “policía rural”, sin que el gobierno hubiera cumplido ninguna condición de la población, como, por ejemplo, la captura de los líderes templarios, y después de que en el arranque del operativo federal, días antes, el ejército asesinara a dos personas en Nueva Italia.

(Esta figura policial, la policía rural, ya se creó en Guerrero el año pasado, cuando un coordinador de la CRAC-PC violentó una de las casas de justicia e hizo un pacto con el gobierno estatal, mediante el cual una parte de la policía comunitaria se convirtió en “policía rural” credencializando a varios de sus miembros. Hoy la CRAC está dividida.) 
http://www.youtube.com/watch?v=ciDqapiLcSA


En Michoacán seiscientos miembros de las autodefensas, hasta este momento, se han convertido en “policía rural” a las órdenes del gobierno. Mireles dice que hay 15000 efectivos en las autodefensas, sin embargo, el censo real no se conoce. Por lo tanto, la gran mayoría de las autodefensas no han pasado por la oficina del gobierno para convertirse en policía rural.

Un policía rural no responde a su pueblo, sino al gobierno, no importa lo que digan quienes firmaron el acuerdo, esto es un hecho. Una policía no formal a las órdenes del gobierno, tiene el riesgo de convertirse en algo muy parecido a un paramilitar, o a un guardia blanca, y eso es preocupante.

AUTODEFENSAS Y GOBIERNO

La relación de las autodefensas con el gobierno es digna de análisis. Una y otra vez oímos decir a sus líderes que están contentos y quieren que la policía y el ejército se encarguen de la seguridad, y colaboran juntos en muchos operativos, pero al mismo tiempo denuncian la complicidad flagrante del gobierno y sus fuerzas armadas con el crimen organizado.

Sabemos que las autodefensas no le han  declarado la guerra al estado mexicano, pero firmar un acuerdo con un gobierno que tiene a más de ochenta de sus miembros presos, y con las mismas personas e instancias que las autodefensas han denunciado repetidamente como cómplices directos de la delincuencia organizada a la que combaten y que es la razón de su existencia, no se comprende cabalmente. Quizá nos falta información, pero deja varias interrogantes.

Ahora bien, sabiendo que la conversión de autodefensa en policía rural no ha prosperado, analicemos a quién responden los grupos de autodefensa; a quién han obedecido desde su origen.

Para fines del análisis olvidemos por un momento la especulación de que estén dirigidos y financiados por el gobierno mismo o por algún cártel; demos crédito de su generación espontánea.

En un grupo armado tiene que existir sin excepción una cadena de mando. No hay de otra, pues son pequeños ejércitos. Así que los líderes o comandantes naturales surgieron de entre aquellos que promovieron la idea o aquellos que contaban con armas e infraestructura personal o aquellos que por sus dotes de estratega se colocaron a la cabeza del grupo. A partir de ahí se convirtieron en “mando”, “comandante”, "coordinador", “jefe” o “caudillo”.  

¿QUIÉN ESTÁ ARRIBA DE ELLOS? DE MOMENTO, NADIE.

Toman decisiones entre ellos, en un consejo general, compuesto por estos líderes ganaderos, limoneros, aguacateros, etc, según se sabe.

Ellos deciden cómo proteger a los pueblos y qué acciones emprender para expulsar a los delincuentes.

Hasta aquí todo cae dentro de la necesidad que impone la emergencia que ha creado la violencia. El problema podrá venir en el momento en el que los delincuentes sean expulsados de los pueblos.

¿Las autodefensas se desharán cuando salgan los delincuentes del pueblo?

Es muy poco probable. Porque por ahí afuera los criminales están rondando, así que los autodefensas no podrán desaparecer, pues deberán estar vigilantes y defender al pueblo, a menos que el gobierno garantice realmente la seguridad. Pero eso es una esperanza sin ningún fundamento, después de doce años de impunidad de los grupos criminales.

A partir de ese momento existirá un grupo, la autodefensa, que no responde a un mandato popular, sino que SE MANDA SOLO, y que tiene un mando y una tropa; el mando, hasta donde se sabe, ganaderos y agro empresarios, y la tropa, gente del pueblo. “Pero tiene la mejor intención”, me dirán; eso no cambia el hecho de que se mandan solos.

Cuando echen a los delincuentes, estaremos ante una situación muy anómala: las autodefensas serán grupos armados que ya no responderán a una emergencia, sino que estarán como vigilantes que se mandan solos, que tiene una ambigua relación con el gobierno y que necesitan de una infraestructura para su funcionamiento.

Todo esto no sería un riesgo si estos grupos respondieran a una instancia u organización o asamblea surgidas de los pueblos, como en Cherán, donde fue el pueblo entero quien sacó a los delincuentes, no un grupo armado que se mandaba solo. Pero, hasta donde sabemos, en el resto de Michoacán no es el caso.

Una policía comunitaria, rotativa y bajo las órdenes de una asamblea comunitaria no tiene estos riesgos, o al menos los minimiza considerablemente. Si la asamblea se equivoca en alguna estrategia, es el pueblo el que se equivoca y tendrá que resolverlo como pueblo, no es la decisión de un caudillo que se arroga el poder por encima del pueblo.

Todas estas consideraciones las señalo como elementos de reflexión ante el entusiasmo  que nos provoca el surgimiento de grupos de autodefensa; entusiasmo que he compartido por mi deseo de justicia y tranquilidad para Michoacán y porque admiro la valentía de los miembros de las autodefensas y la justeza de sus demandas de seguridad, sin embargo un grupo armado que se manda solo es un riesgo latente, aunque hoy tenga la mejor intención.

La única manera de no caer en abusos, de que no se convierta en un nuevo poder factico armado y de que efectivamente  haga lo que le conviene al pueblo, es que el pueblo lo mande. “Que tenemos que luchar contra los delincuentes y el gobierno cómplice”, por supuesto, pero me parece que las armas siempre deben estar dirigidas por la voluntad de un pueblo organizado, no de un grupo.

Los pueblos podrán correr un riesgo en el futuro al permitir que los grupos armados impongan su mandato a los pueblos; tendría que ser justamente al contrario, las autodefensas deberían someterse a los pueblos, no mandarse solos y menos aún ser mandados por el gobierno.

Espero equivocarme y que el futuro no sea ni remotamente éste, pero esa es mi preocupación, al menos, por el momento.