“Me intentó besar hace 30 años”: Ha muerto la
presunción de inocencia
Es muy preocupante que en estas
semanas se haya dado una avalancha de acusaciones de abusos sexuales de muy
remotas fechas contra hombres famosos o importantes. Pero no me preocuparía si
esto se hubiera hecho por los cauces legales; si se hubieran presentado
denuncias contra ellos en los juzgados. No, se ha hecho en las medios de
comunicación y sobre todo en las redes sociales. Así que ha muerto la
presunción de inocencia, ¿verdad? Cualquiera puede lanzar una acusación tan
increíble como “fulanito me intentó besar hace 30 años” y listo, todo el mundo
se lanza contra el fulanito en cuestión, sin mediar PRUEBA ALGUNA.
¿Por
qué no lo denunciaron en su momento, si es que sucedió? Dirán que
por miedo o porque no les convenía. Así que 30 años después lanzan una
acusación que muy bien puede ser una difamación, y como toda difamación, exalta
la sed de venganza cobarde en las redes sociales y alimenta el amarillismo de
los medios de comunicación.
Están jugando con algo tan serio
como el acoso sexual. Dentro de muy pocas semanas las acusaciones que se van
apilando en el basurero de las redes sociales dejarán de levantar indignación,
pues el abuso, el exceso, hace que se pierda el efecto, satura, empalaga. Para
cuando realmente algún hombre o mujer acuse de verdad, con pruebas y en los
juzgados, la indignación de la sociedad se habrá casi agotado
¿Cómo
es posible que personas medianamente inteligentes sigan el juego de cualquiera
que lanza una acusación sin pruebas y tan extemporánea como de 30 años de
antigüedad? No, yo soy una defensora encarnizada de la presunción de inocencia,
punto.
Ahora, cuando alguien abuse, pero hablo de que abuse, no que nos mire
con deseo, o que trate de ligarnos, eso no es abuso, eso es un comportamiento
normal, dejémonos de estupideces, que presente una denuncia o que arme un
escándalo en el momento mismo en el que sucede o que renuncie a su trabajo al
tiempo de presentar la denuncia. Pero bulos en las redes no se pueden permitir; nunca se sabe si nosotros seremos los siguientes difamados, cuidado.
Si ya es cacería de brujas. Creo que hay causas más importantes que esta nueva edición de la guerra de los sexos. Por lo pronto, ya no puedes mirar a nadie. Lo curioso es que es el mundo al revés: si una mujer acusa a alguien de mirarla o de decirle algo, el hombre es condenado; si él la viola, a él no le pasa nada. Es muy extraño.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarUn paso más en el avance de la justicia por mano propia y los linchamientos mediáticos. Un horror.
ResponderEliminarY ESTE BLOG TRISTEMENTE SIGUE VIGENTE , FELICIDADES ANA MUY BUEN BLOG!!!
ResponderEliminarCoincido en todo.
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