La irreverencia de Rius:
¿Por qué creo que Rius es el monero más importante que ha tenido México?
Entre otras razones que expondré más adelante, por su talento infinito
y probadísimo, que acreditan sus más de 100 libros y cientos de número de sus
series Los agachados y Los Súpermachos, con tirajes
semanales de ¡250 mil ejemplares!; porque
en los momentos de mayor censura y represión en México, tuvo el valor de criticar
duramente el orden establecido y; porque tuvo la
inteligencia
y la malicia para poner el dedo
en la llaga y no dejarse aniquilar, a pesar de que estuvo a punto a morir a
mano de los sicarios del infame presidente Díaz Ordaz que lo secuestraron en
1969 para silenciarlo... pero Rius, no se calló.
Eduardo del Río ha cultivado el misterioso
arte del escapismo a la censura; es el gran maestro de cómo burlar la represión
una y otra vez.
Pero de nada tendría que escapar Rius si no
fuera porque siempre da en el blanco. A nadie hubiera molestado si no fuera tan
certero. Rius siempre la ha tenido clarísima, como decimos. Sabe exactamente
dónde está el núcleo del problema, de las crisis, de los sinsabores de nuestro
país y de los intríngulis del poder económico, político, social y religioso, no
sólo en México, sino en el mundo.
Sabiendo dónde se encuentran las causas del
problema, no tiene jamás cortapisas ni se reprime en exponerlas y explicarlas con total irreverencia cuando amerita y absoluta seriedad cuando debe. Y lo mejor de todo: hace llegar su mensaje a
la gente de la manera más amable y eficaz: mediante el humor, y en su caso, un
humor complicadamente sencillo. Digo complicado, porque no hay nada mas difícil
que la esencia de una idea nos dé de lleno en el centro del cerebro, donde no
hay manera de escapar ni de evadirla. Y él lo logra sin que muchas veces nos
demos cuenta siquiera; como un maestro.
Su
enclave emblemático, San Garabato, es un pueblo mexicano que si no sabemos
dónde está es porque los políticos han prohibido ponerlo en la cartografía
mexicana, pero… como cada pueblo en un San Garabato, no han podido
desaparecerlo. Para que no nos hagamos bolas, Rius nos ofrece en San Garabato un
digno representante de cada clase social, de cada esfera de poder, y de sus
variantes y matices. Así, por ejemplo: Don Perpetuo del Rosal, el presidente
municipal; Doña Eme, la beata; Ticiano
Truye, el tendero; y claro, Calzoncin, el indio sabio, enigmático y
inescrutable, que vemos siempre envuelto en una ¡manta eléctrica!; válgame la
ironía y el guiño de humor.
¿Quién se iba
a aventurar en México a convertir a un indio en el personaje central de un
comic? Sólo alguien como Rius que nos entiende muy, pero muy bien a los
mexicanos, pues aunque exista en México tan acendrado racismo, a pesar de que
lo neguemos, todos sabemos que los indios tienen una sabiduría y un temple que
les confiere un respeto indiscutible. Y cuidado, que no soy de las que hacen la
apología de los indígenas por corrección política ; valgame el cielo, no.
Cuando tuve
el honor de entrevistar a Rius en el canal 22, yo sólo conocía su obra y no
sabía, aunque lo intuía, el temperamento de esa leyenda viviente. Cuál fue mi alegría
cuando entró al estudio de televisión ese hombre de sonrisa abierta y un tanto
picante y ojos dulcísimos, rodeado de una aureola de humildad, pero de humildad
verdadera, no impostada, como he visto en otros muchos artistas. La humildad de
quien sabe perfectamente lo que es y lo que ha logrado en la vida; de quien no
necesita demostrar nada a nadie porque su obra, su trayectoria y su dignidad lo
avalan.
En aquella
entrevista, como en otras muchas que he leído y escuchado de él, respondió con candor,
con honestidad y con picardía, lo que hizo que la entrevista corriera como el
agua. Una hora, poquísimo tiempo para el aluvión de preguntas que me hubiera
gustado hacerle.
Ahora
bien, yo me pregunto cómo ese hombre sabe tantísimas cosas y con tal
profundidad, y más todavía en aquella época, ¡sin internet! Rius nos enseñó a
Marx, nos habló de Quetzaotcoatl, la Perestroica, la cocina vegetariana, la
Biblia como una linda tontería y asi, más de 100 títulos. Pedagogo profundo y
preciso, no dejó tema por abordar ni títere sin cabeza.
Y no sólo es
excepcional por su sabiduría, sino por su fecundidad ¿Cómo has sido tan
prolífico?, le pregunté. « Porque no hacía otra cosa en todo el
día ». También nos contó que le daba pena haberse perdido de muchas cosas
por esa dedicación absoluta a su oficio.
También le
pregunté si dividía el trabajo, si alguien le ayudaba a llenar los textos en
las viñetas o a colorear. No, lo hacía toditito de principio a fin.
Sorprendente.
Cómo me hubiera
gustado estar presente en algún encuentro entre Rius y mi querido amigo
Guillermo Mendizabal, dueño de Editorial Posada, donde Rius publicaba su obra. Guillermo,
editor excepcional y entrañable amigo al que extraño muchísimo, hizo la
mancuerna perfecta para divulgar la obra de Rius. Ambos, valientes y osados, lograron lo impresable: vencer a la censura y
lanzar la obra de Rius al pueblo mexicano.
Monero sin
veleidades, hombre de bien y para el bien, ese es Rius. Eduardo del Río, jamás ha hecho concesiones, por eso se ha ganado el respeto de todas
las generaciones. Nunca ha claudicado, nunca se ha hecho tonto ni a bajado la
guardia. Rius es un imprescindible, como no pudo decir nadie mejor que Bertold
Brecht:
"Hay hombres que luchan un día
y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son
mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son
muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la
vida, esos son los imprescindibles."
Ese es Rius y no hay muchos como él
ni México ni en ningún otro lado.
WOWW ESTE SEÑOR ES TODA UNA EMINENCIA, DE LOS QUE YA NO HAY Y DE LOS QUE TODOS Y TODAS QUISIERAMOS APRENDER,,,MUCHAS FELICIDADES ANA ESTA BUENISIMO EL BLOG DE HOY!!!
ResponderEliminarMuy buena publicación, te felicito.
ResponderEliminarLES RECOMIENDO A CALDERON(MONERO DE REFORMA)
ResponderEliminar---VOLTAIRE---